Ubicada en el punto más alto de la loma de Stella Maris y declarada Monumento Histórico Nacional, es una de las construcciones más antiguas de Mar del Plata.
Por Lourdes Díaz
A principios de 1900 Mar del Plata se consolidaba como la ciudad turística preferida de la elite porteña, que de a poco iba transformando el lugar en una suerte de Biarritz argentino.
En vistas del crecimiento poblacional, para satisfacer las necesidades del incipiente poblado, Miguel Lanus introdujo una serie de molinos de agua y, para completar la demanda, se construyó en 1911 en la esquina de las actuales calles Mendoza y Falucho un tanque y depósito de agua para la ciudad de dos mil litros de agua que abastecía del vital suministro a 14 manzanas a la redonda.
Pero el tanque no combinaba con la estética que la elite imprimía sobre las villas de veraneo. Entonces con la intención de optimizar la reserva, impulsión y distribución de agua a un sector de Mar del Plata, Obras Sanitarias de la Nación convocó a un concurso de anteproyectos para la construcción de la "Torre de Administración de Aguas", en la manzana comprendida por las calles Paunero, Falucho, Mendoza y Brown, uno de los puntos más altos de la ciudad.
El proyecto ganador, fue el del arquitecto Cornelio Lange que se distinguía sobre las otras cinco maquetas que se presentaron por su singular estilo medieval, como destaque de la corriente Tudor pintoresquista adaptada que se mimetizaba con las construcciones de la época y cumplía con el requisito de “no alterar la armonía arquitectónica de la ciudad”.
La construcción comenzó el 1 de septiembre de 1939 y ocupó a un total de 400 obreros que, para dar comienzo a la obra de emplazamiento de la cisterna que alojaría 500 mil litros de agua -a seis metros de profundidad- debieron dinamitar media manzana para extraer 5.753 metros cúbicos de piedra y 7.363 de tierra ya que por las características del terreno y las dimensiones de la obra, no era posible excavar de marea tradicional. “Sin saberlo los obreros aplicaron el concepto actual de sustentabilidad porque la piedra dinamitada del manto rocoso característico de esta zona, es la que después utilizaron para revestir la torre”, dicen las guías de la Torre Tanque.
La torre propiamente dicha mide 40,75 metros de altura, es un prisma de planta cuadrada con vértices chanfleados a la que se adosan volúmenes ornamentales, rematada en una cubierta del “tipo manzarda”, cuenta además con una escalera caracol de 194 escalones que permiten el acceso al mirador. La construcción tiene un contrapunto horizontal constituido por el área de accesos, oficinas y vivienda del encargado, realizado con cubiertas inclinadas con agudos mojinetes que completan el sesgo nórdico Tudor del conjunto de la obra.
Durante cuatro años, con vestimentas que alejadas están de las apropiadas para garantizar la integridad física dentro de un trabajo en una obra de construcción, centenares de obreros dieron forma a las fachadas de piedra natural que combinaron con revoques símil piedra que resuelven las cuatro torrecillas almenadas de remate y demás bordes moldurados. Además, añadieron cubiertas de pizarras y carpinterías de madera -que aún se conservan- junto a la ornamentación realizada en Piedra Mar del Plata tallada a mano.
Luego de más de cuatro años de trabajo, desde que se colocó la piedra fundacional Dino Lotti, un joven obrero fue el encargado de informar que la obra había finalizado y las autoridades podrían realizar la ceremonia de inauguración. Lotti, por entonces tenía 18 años y fue sorteado entre sus compañeros como el encargado de realizar el tradicional acto: debía subir al punto más alto de la construcción y colocar una rama que pueda distinguirse facilmente para que los empleadores, además, cumplan con la tradición e financiar una cena para los empleados.
Sin dudarlo, el joven, con entusiasmo cortó una rama y subió los 194 escalones de la escalera caracol que tiene la torre y, al llegar al mirador trepó por los andamios que aún estaban colocados hasta el techo para cumplir con la labor encargada. Sesenta años más tarde se acercaría a la Torre y facilitaría las fotografías de la hazaña que había realizado en su adolescencia.
Para el 30 de enero de 1930, todo estaba listo: cada detalle de la torre estaba prolijamente pulido, las cisternas listas para recibir miles de litros de agua potable y los jardines con el pasto prolijamente cortado. Ningún rastro quedaba de la denominación de la cantera y el monumental trabajo de construcción. Minutos después de las 18, el Presidente de la Nación, Dr. Ramón Castillo; el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Dr. Rodolfo Moreno y el Ministro de Obras Públicas, Dr. Salvador Oría, junto al intendente Manuel González Guerrico y el Obispo recorrieron las instalaciones y realizaron el acto de inauguración de la Torre Tanque.
Durante el discurso inaugural, el presidente aseguró que la ciudad se había convertido "en una verdadera metrópoli veraniega de la Republica" y por eso, según la trascripción de los diarios de la época, el mandatario "esperaba con ansiedad la realización de esta obra edilicia que, por su vastedad debían contar con la asistencia nacional" Es que la construcción de la Torre tanque demandó 7.600.000 pesos argentinos. "La visita aumentó las expectativas y, justo es confesarlo, no ha defraudado", dijo el mandatario.
El 1 de febrero, el diario La Capital publicaba "En la brillante ceremonia ha quedado inaugurada la Torre Tanque de Obras Sanitarias de la Nación. La esbelta silueta simboliza la labor tesonera cumplida de bien coordinada estética. Hemos asistido paso a paso a los trabajos por los técnicos de esta dependencia y comprobado cómo el espíritu de colaboración de todo el personal permitió cumplir una labor agobiadora en un plazo brevísimo".
Desde entonces, la Torre tanque no dejó de funcionar, garantizando el servicio de agua potable para la parte más alta de la ciudad y brindando a marplatenses y turistas la posibilidad de recorrer las instalaciones, donde quienes eligen realizar la visita guiada pueden interiorizarse sobre los detalles del sistema de potabilización del agua y la historia de Mar del Plata, subir los 46 metros por escalera o ascensor y disfrutar de una imponente vista completa de la ciudad desde el cielo.
La Torre Tanque es visitada por marplatenses y turistas.
Fuente: 0223