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Foto del escritorMar del Plata - La Perla del Atlántico

La Fiesta de los pescadores, tradición y religión venida desde Italia

Comenzó a practicarse en la década del 20, pero fue con la llegada del padre Dutto que tomó su forma actual. Desde la misa y el santo patrono hasta los juegos y la cantina en la Banquina chica. La situación económica del 2020 obligó a suspender la propuesta gastronómica y solo dejar lo religioso.


Por Bernabé Tolosa



La construcción del puerto local data de 1910, pero fue recién inaugurado en 1921. Fue dispuesto por una Ley Nacional y, durante su construcción, los pescadores se fueron corriendo a distintos sectores de la costa, empujados por la elite porteña que se apropiaba de las playas locales.


El Pueblo de los Pescadores, como se los llamaba, estaba conformado por distintos grupos oriundos de diferentes zonas de Italia como Ischia, Sicilia, Puglia, Sorrento, entre otras.


El caso es que cada integrante del Pueblo de los Pescadores buscaba reproducir las festividades patronales de origen en el puerto, entonces toda una serie de ceremonias religiosas sobre distintos santos coincidían en ese espacio, pero no tenían un santo patrono que los reuniera a todos.


A principios de la década del 20 llega a la comunidad portuaria el padre José Dutto.


La historia cuenta que fue a él a quien se le ocurrió realizar una fiesta, la que no existía, que los reuniera alrededor de un santo patrono.


La historiadora Bettina Favero en su trabajo La fiesta de los pescadores en el Puerto de Mar del Plata, Argentina. Entre tradiciones e identidades reinventadas, asegura: “Cuando el padre Dutto propuso la realización de esta fiesta, se presentó el problema de cuál de estas imágenes los representaría, quién sería el santo patrono de los pescadores.


Por lógica consecuencia, cada grupo de paisanos deseaba que fuera el propio. Es a partir de ese momento que Dutto, en una maniobra hábil en la que aplacó las diferencias entre los inmigrantes y fortaleció a la iglesia oficial, propuso que fuera San Salvador quien cobijara en su seno a todos los pescadores del Puerto sin distinción ni de pueblo ni de nacionalidad.


Así lo podemos ver en la carta dirigida al presidente de la Asociación Pro Mar del Plata en 1928: ‘En el deseo de orientar un poco cristianamente al gremio de los pescadores del puerto, me he propuesto desde hace tiempo, organizar, posiblemente, una fiesta de carácter religioso, a saber: elegir un santo Patrono de los pescadores y festejarlo anualmente en un día a elegirse de acuerdo con los pescadores, con programa a determinarse’”.


La fiesta se gestó sin distinción de nacionalidades y su característica principal fue buscar un sentido homogeneizador entre los inmigrantes que refuerza su hermandad. El padre Dutto le escribe a Don Luigi Orione, fundador de su orden, en 1928 y le informa que la fiesta fue un éxito y que más de 2000 personas acompañaron la procesión hasta la banquina de los pescadores”.


Lo más importante de la fiesta era la misa y procesión de los fieles hacia la capilla la Sagrada Familia con la imagen de San Salvador al frente. Una de las celebraciones de esa década fue presidida por el propio Don Orione que estuvo de visita en el país. Ya para la década del 40 se conformó la primera Asociación pro fiesta de los Pescadores, lo que hablaba de una mejor organización y un crecimiento de la misma.


La Banquina Chica fue su nuevo espacio. Ahí terminaba la procesión y en ese lugar se sumaron actividades artísticas durante el sábado y el domingo.


También, a partir de esa década, se sumó el apoyo político del Municipio, destacándose en esto los intendentes socialistas Teodoro Bronzini y Jorge Lombardo.


Favero describe la fiesta propiamente dicha de la siguiente manera: “Normalmente los espectadores se sentaban sobre los cajones de pescado ubicados a lo largo de la banquina y allí se conformaba una especie de anfiteatro natural.


Los juegos en el agua como el palo enjabonado y la pesca del atún, eran los más esperados entre los visitantes ya que allí se podía observar la habilidad de los participantes para evitar caer al agua sin resbalar del palo, en el primer caso, o la recreación de una escena laboral de los pescadores del sur de Italia, que consistía en demostrar la forma en que se pescaba el atún en las aguas del Mediterráneo.


Tales actividades se desarrollaban durante el sábado y el domingo. El cierre de la festividad se daba con la misa en la parroquia, luego la procesión por las calles del barrio que continuaba en el mar con la embarcación de los fieles en las lanchas preparadas para tal fin.


De vuelta en la banquina se realizaba la bendición de las aguas y se rezaba un responso en memoria de los pescadores fallecidos.


A continuación, prosiguen actividades recreativas para finalizar la fiesta con la quema de fuegos artificiales que advertían al resto de la ciudad el cierre de la festividad”.


En las décadas siguientes la organización fue mejorando y se sumaron más artistas nacionales a la celebración. También sumaron un concurso de belleza, donde solo se podían presentar las hijas de los pescadores, y comenzaron a pensar un cambio de fecha para no pisarse con los carnavales y aprovechar mejor el buen tiempo y los turistas.



En los 60 sumaron la cantina típica para disfrutar pastas y frutos del mar, así como productos de la pesca. Comenzó a durar una semana y llegó hasta la quincena dado el atractivo que ofrecía.


En el año 1979, y a pedido de la Secretaría de Turismo del Partido de General Pueyrredón, la subsecretaría de Turismo de la Nación declara a la ciudad de Mar del Plata como sede de la Fiesta de los Pescadores.


Así se convirtió en un atractivo más de la temporada. Un atractivo que fusionaba un conjunto de prácticas de la cultura propia del puerto y de sus fundadores con la tradición que traspasa generación tras generación, pero con el aditivo de actividades recreativas.


Así funcionó hasta el 2019. En el 2020 ya no se pudo llevar adelante y el fundamento no fue la pandemia por COVID 19 que azotó el mundo, si bien agravó el panorama más adelante.


“La Sociedad de Patrones Pescadores comunica que este año la Fiesta Nacional de los Pescadores no contará con su tradicional cantina típica debido a la delicada situación económica por la que atraviesa la institución”, decían desde la entidad que organizaba la tradicional celebración.


La pandemia que aún no se había instalado de todo y la muy mala situación económica por la que pasaba el sector, más lo caro de los insumos y recursos necesarios para llevarla adelante, le ponían punto final a la tradicional cantina de los pescadores.  


Era su edición número 38.


Por supuesto que, a pesar de lo anterior, la celebración continúa, así como las procesiones devotas del puerto. Aquella fiesta que comenzó como un acontecimiento que mezcló experiencias y relacionó a distintos grupos dentro del puerto, más la memoria de aquellos que perdieron su vida en el mar, sigue vigente.


La postal y la tradición que lograron imponer en la sociedad, ese espacio donde las tradiciones y las costumbres de los inmigrantes se reinventaron creando nuevas, sigue vigente y a la espera de que vuelvan a resplandecer como antes y como estaba en el espíritu de sus creadores.



Fuente: 0223


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