Al principio se llamó barrio Faro Punta Mogotes, pero con la construcción del hotel Alfar la zona fue rebautizada con ese nombre,que perdura actualmente: Barrio Alfar.
Por Angel J. Somma
La primera vez que se habló del hotel,allá por el año 1948,fue en las páginas del diario La Nación,donde se mencionaba la calidad internacional del establecimiento proyectado y de los servicios que prestaría a los turistas.
El Sur del Faro, por entonces,estaba cambiando a pasos agigantados.
Los memoriosos recuerdan que se había comenzado a forestar los médanos de la costanera con pinos, coníferas y acacias que recién asomaban sus copas por encima del metro de altura, y hasta la laguna de la zona se había rellenado para que pudiera urbanizarse el sector,provocando la formación del Arroyo Corrientes,que todavía cruza la ruta 11 y lánguidamente desemboca en el mar,en los terrenos donde ahora funcionan el Camping Municipal y el exclusivo balneario La Reserva.
El Hotel Alfar fue construido por decisión de la Compañía Hotelera del Sur Argentino SRL.Algunos de los apellidos que integraron la empresa son antológicos en nuestra región:
Machinandiarena, Frigerio,Giúdice, Aragón y Guerra. La principal actividad que el grupo había imaginado para el nuevo hotel era la del Casino, ya que Según se dice entre bambalinas -algunas verdades se mantienen así, fuera del escenario- sus miembros tenían intereses en el Casino Central de Mar del Plata e incluso hasta Juan Duarte,hermano de Eva, participaba de las gestiones para habilitar salones de juego.
El Hotel disfrutó de una pretemporada,en 1950, y abrió sus puertas con todo el ritmo al año siguiente.
En sus salones brillaron las orquestas de Oscar Aleman, Guy Montan y Jean Sablón. Claro que la sala de juegos solamente funcionó durante una semana y después el negocio se fue a pique como el Titanic.Así que solamente quedó una opción: explotar el Alfar como un edificio regido por el sistema de Consorcio de Propiedad Horizontal, entonces de gran moda en Mar del Plata.
El Hotel Alfar se convirtió,entonces,en la Torre Alfar: La Torre alberga ambientes que en el principio fueron habitaciones y departamentos lujosos y que aún mantienen gran parte de aquel esplendor.
Vale decir que cuando inauguró,el hotel anunciaba -servicios exclusivos de nursery,salón de fiestas, gran comedor, grill,night club, peluquería de señoras y de caballeros, aire acondicionado caliente y frío, magnífica radio en cada habitación, cocina de 1er. orden y salón de juegos, restaurant a la carta y tarifas con y sin pensión.
A pocos pasos de la playa,levantado a la vera de la ruta que une Mar del Plata con Miramar, los viajeros curiosos pueden descubrir todavía hoy las visitas están permitidas si se pide permiso el antiguo mobiliario,gruesos cristales artesanales, el piano Stenway & Sons que está en el mirador del 6° piso y que habrá llegado desde Nueva York o Hamburgo, el mural de Falcini y otros delicados detalles de calidad que conviven en el lugar.
Por cierto que la rectilínea arquitectura del edificio,con la tradicional piedra Mar del Plata a la vista,se ha convertido en un ícono del Sur de la ciudad y es referencia obligada para quienes recorren la zona.
Hay motivos para imaginar que la obra será a corto plazo declarada Bien de Interés Patrimonial por las autoridades locales,que a decir verdad se han ganado buena fama de preservadores de nuestro patrimonio.
Hay un trofeo dorado,en el edificio: el mural de Juan Carlos Castagnino que está en el 1er. piso. Se llama La historia y su autor,hijo dilecto de nuestra ciudad,lo concibió con forma de ele L y con una dimensión extraordinaria: son 50 m2 de colores y formas encantadoras. Los ojos atentos pueden encontrar el viejo Torreón del Monje,las Ramblas y otros lugares de la antigua Mar del Plata.Casi nada.
La Torre Alfar encontró la forma de recuperar lo mejor de su viejo espíritu. Para eso se formó el Grupo Vista Sur, que quiere hacer resurgir de la oscuridad esta joya arquitectónica e histórica, rodeada de bosque, playa y mar, según dicen ellos mismos.
(Fuente revista Toledo con Todos/Nov.98) las manos de Diana Laurencih, a quien acompañan Eduardo Ferro en la coordinación general, Mónica Wittner en los diseños gráficos etc. Los miembros de Vista Sur son optimistas y confían en que aquellas épocas de gran movida artística volverán a renacer y tendrán, en los mágicos ambientes de la Torre, un motivo más para que el sur siga creciendo como atractivo turístico y cultural. A la ciudad le hace falta.
(Fuente revista Toledo con Todos)