El 3 de septiembre de 1888, Luis B. Ferrarotti, el mismo hombre que había construido dos años antes el puente en el Arroyo Las Chacras a la altura de Luro entre San Luis y Mitre de una incipiente Mar del Plata, presentó a las autoridades municipales de entonces su carta de intención para cercar la manzana y edificar en las líneas de lo que hoy conocemos como Santiago del Estero, Tres de Febrero, Córdoba y 11 de septiembre, teniendo en cuenta que tras el traslado del viejo cementerio a Almafuerte y Alem -el Cementerio de la Loma-, esa porción de tierra se encontraba desierta.
Según detalló Ferrarotti en la misiva, la intención era realizar dos casas simétricas respecto al eje noroeste- sudeste de la manzana y, una vez, que consiguió la autorización comenzó la tarea de construcción sin escatimar en gastos.
Así, inició las tareas para levantar una vivienda compuesta por dos cuerpos separados, el pabellón principal, un rectángulo exento que se integra por un comedor central, cuatro dormitorios, un pasillo y dos galerías: la delantera está cerrada por una mampara acristalada y en la posterior el baño y el depósito con un muro divisorio. A unos 9 metros de la casa propiamente dicha, había una cocina, dos habitaciones y un retrete pequeño.
Sin duda es el chalet (1935) del Dr Norberto Marcelino Enrique Fresco Sundblad y Delia Peralta Ramos (una de las hijas de nuestro fundador) espacioso como una para familia numerosa (tenían 10 hijos). Por suerte se conserva para dicha de los marplatenses; por épocas se lo ve remozado y otras descuidado.
Aquí una ligustrina cubre la balaustrada de madera que rodea su perímetro,por suerte se la ve en su estado original. Originalmente se trató de una casa tipo criolla pero en 1912 se hicieron modificaciones que la transformaron en un chalet pintoresquista de inspiración inglesa. Estas modificaciones estuvieron a cargo de los arquitectos Guilbert y Gantner y el constructor José Aronna. La construcción original es del año 1888, una de las construcciones más antiguas en pie que existen en la ciudad de Mar del Plata.
Se resiste al paso del tiempo con elegancia y dignidad. Por eso es un buen signo de los primeros tiempos de Mar del Plata. En la loma Santa Cecilia, a pocos pasos de la iglesia y muy cerca de La Perla, está Villa Titito. El gran chalet de aire inglés se alza en la esquina de Santiago del Estero y 3 de Febrero. La buena memoria lugareña nos dice que fue la residencia veraniega predilecta de Delia Peralta Ramos de Fresco -familiar del fundador de nuestra ciudad- a cuyo marido. Norberto Fresco, lo apodaron afectuosamente Titilo. Parece, si nos quedamos atentos a la tradición marplatense de bautizar las casas con nombres y sobrenombres de sus propietarios que de allí surgió el nombre de la villa. Desde hace muchos años en el chalet funcionó un pub donde los parroquianos chocan de narices con los fantasmas bullangueros de la belle epoque que aún perviven en la casa.
Lo cierto es que Villa Titito sufrió o gozó con varias reformas que por suerte no cambiaron su estilo original que se remonta nada menos que a 1888, el mismo año en que se inauguró el majestuoso Bristol Hotel. Y algo que saben unos pocos: muy cerca de allí estuvo el primer cementerio del pueblo, casi pegado a la iglesia de Santa Cecilia. Un buen día de hace muchos años lo trasladaron al Cementerio de la Loma. Con esmero y pudor se levantaron lápidas y osarios.
Pero algunas almas peregrinas se negaron a la diáspora y se quedaron en la loma, buscaron un refugio elegante y festivo y enseguida lo encontraron: Villa Titito
Por eso el hechizo maravilloso del chalet: durante la noche susurran voces milagrosas en las alcobas y rincones, crujen los pisos de madera con delicadeza porque aún hay pasos de baile, y hasta se oye, en la medianoche del fin de año, cómo trinan las copas de champagne que reciben el nuevo tiempo.
La casa original es una de las más antiguas de la ciudad, los muros subsistentes pertenecen al pabellón principal de una vivienda que comprendía también uno de servicio, unidos ambos por una simple vereda descubierta. Además la casa era simétrica con otra vecina respecto del eje S.O.-N.E. de las manzanas rodeadas por las calles Santiago de Estero, Córdoba,3 de Febrero y 11 de Septiembre, sobre la que se apoyaba la medianera común a los dos núcleos de servicio.
El 3 de septiembre de 1888 Luis B.Ferraroti, supuestamente Italiano y ajeno al medio marplatense,”teniendo intención de cercar la manzana y edificar en ella” solicita se le den las líneas de las calles que la rodean;una foto de 1892 permite ver las 2 casas desde N.E. y otra foto de 1893 desde el S.O.
El 7 de marzo de 1911, 23 años después, el arquitecto inglés W.B.Bassett Smith, fecha en Buenos Aires los planos de relevamiento de lo existente y los de la reforma que se propone efectuar el Dr. Norberto R. Fresco, entonces propietario de la finca. La casa y su gemela, en realidad no eran demasiado apropiadas para la cumbre de una loma batida por el viento, a 22 m. sobre el nivel del mar muy próximo.
La de la izquierda el pabellón principal está compuesto por un comedor central,4 dormitorios y 2 galerías. La delantera está cerrada por una mampara acristalada y en la posterior aparecen un baño y un depósito. Pero estos últimos elementos no son originales según el testimonio fotográfico citado. Y el pabellón de servicio consta de una cocina,2 habitaciones y un único y pequeño W.C.
Dos fotografías antiguas muestran la realidad de la casa en sus primeros tiempos, una es la de Mooody, en la que se ven las 2 casas gemelas desde el sur, otra es una vista de La Perla de 1892, que las permite apreciar desde el Norte. En ella se ve claramente un tanque sobre el W.C. y dado lo difícil y costoso que es hacer una perforación en piedra y tanto mas en 1888, se supone que el tanque se cargaba por medio de un carro aguatero.
El arquitecto decide conservar la mayor parte existente, habida cuenta de que los muros de las habitaciones de la casa principal tienen una altura de 5,10 m. y los del comedor una de 6,20, es decir que se pueden utilizar también en parte en el primer piso. Los cambios que introduce en planta baja son fácilmente observarse desde los planos y entre ambos cuerpos de la antigua casa proyecta lo que justamente debía proyectar: el comedor, perfectamente vinculado con la cocina. Y para la planta alta adopta una solución de su repertorio: sobre la casa principal aparecen dormitorios y baños y sobre la de servicio, ampliada, cuartos para el personal.
Pero ambos pabellones, en el primer nivel continúan separados. En lo que se refiere a la elevación, conserva el zócalo de piedra existente y revoca los paramentos en simil-piedra con las habituales cadenas, no se sabe si de ladrillo visto o también de imitación, en los ángulos salientes y en las mochetas de las aberturas. Y cubre la parte principal con tejas normandas y la de servicio con una terraza con perfil almenado.
Se desconoce porqué el proyecto no se construye, no hay información sobre el carácter del comitente, pero se sabe algo sobre el arquitecto y seguramente surgieron dificultades. El caso es, que un año mas tarde se fecha en Buenos Aires otro plano de reforma, que se presenta en la municipalidad el 19-4-1912, firman el plano los arquitectos Guilbert y Gantner y realiza la obra el marplatense José Aronna.
El proyecto llevado a la práctica encara la remodelación desde otro punto de vista de lo dicho anteriormente. El hecho decisivo es la demolición total del pabellón de servicio.Como en el caso anterior la lectura de los planos facilitará la comprensión del proyecto, que en la parte principal comprende 2 plantas y en la de servicio anexa 3, de las que la última es un gran lavadero-tendedero con ventilación cruzada.La característica mas notoria de este pabellón y quizá de toda la casa, es una importante escalera secundaria de planta octogonal, de la que no se saca partido a que pudo haber dado lugar. En efecto el octógono no es visible desde afuera pues lo cubre un faldón del techo y la escalera solo se acusa en fachada como un bay-window, con ventanas que acompañan la pendiente.
Fuentes: Lourdes Díaz (0223), Una chalet en la loma de los recuerdos
(Revista Toledo Con Todos), y Arq.Roberto O. Cova