El animal, de la familia de las focas, salió a la arena porque se encuentra en el período de muda de su piel, explicaron especialistas. Le realizaron un cerco para que la gente no lo moleste.
Un elefante marino sorprendió a todos esta mañana cuando salió del agua y se posó sobre la orilla de la playa ubicada a la altura de la avenida Constitución y la costa.
El presidente de la Fundación Fauna Argentina, Juan Lorenzani, explicó que “es común que salgan del mar en esta época” y agregó que, si la gente no los molesta, “pueden permanecer varios días en el lugar”.
“Muchas veces la salida de un elefante marino está relacionada con la muda de su piel”, agregó el especialista y sobre el ejemplar que apareció en la playa comentó que “es un juvenil que está en perfecto estado”.
“Todos los años salen elefantes marinos en algún momento, no es lo común, pero salen”, añadió.
La aparición del animal, de la familia de las focas, sorprendió a todos los presentes y en la playa se vivieron situaciones poco aconsejables, como la de una madre que acercó a su pequeño hijo al elefante para tomarle una foto junto a él.
“La recomendación es que no lo molesten porque necesitan descansar o están en el período de muda de su piel”, remarcó Lorenzani, aunque precisó que no se trata de una especie agresiva.
Seguidamente, el presidente de Fauna Argentina manifestó que ante la aparición de uno de estos animales “no hay que obligarlos a ir al mar, no hay que arrojarles arena ni es necesario tirarles
agua porque ellos mismos regulan su temperatura, si hace calor van a la orilla y sino vuelven a subir, pero es fundamental que se los deje tranquilos”.
En este sentido, comentó que el año pasado salieron dos ejemplares de elefante marino en la zona de la lobería y que permanecieron en el lugar durante 40 días, aunque estimó que esté estará menos jornadas en la arena porque la presencia de personas provocará que regrese antes al mar.
Luego de la aparición del animal en Constitución y la costa, y de la sorpresa que generó en la playa, guardavidas pusieron una soga naranja para que la gente deje de acercársele y posteriormente acudió al lugar el propio Lorenzani, que realizó un cerco con la tradicional cinta plástica de “peligro”, tal como indica el protocolo para este tipo de casos, con el objetivo de que el animal permanezca tranquilo en el lugar.
Fuente: La Capital