Durante la primera parte del Siglo XX, Mar del Plata vivió una época de esplendor. Era la ciudad balnearia elegida por la alta sociedad y para acompañar ese crecimiento se edificaron grandes chalets, mansiones, paseos y clubes imponentes. Muchos de aquellos lugares emblemáticos lamentablemente ya no existen. En esta nota repasamos algunos de ellos.
El Paseo General Paz: cuna de los lugares emblemáticos
A medida que la ciudad costera de Mar del Plata se erigía como el lugar elegido por la aristocracia local para veranear, la fisonomía y arquitectura del lugar iba modificándose para brindarle la mayor comodidad posible a las familias que venían a la ciudad.
Así, fueron construyéndose espacios sociales, de recreación y actividades varias. Uno de los lugares emblemáticos que apareció en esas épocas (1908) fue el Paseo General Paz, un extenso parque costero diseñado por el paisajista francés Charles Thays.
Este paradisíaco jardín de grandes proporciones comenzaba en Buenos Aires y Rivadavia y se extendía hacia el Torreón. Canchas de tenis y criquet, kioscos, calesitas, refugios peatonales y lagos artificiales irregulares se encontraban en este pintoresco lugar. También había puentes, elementos simbólicos –como el monumento a Colón- pabellones para alquiler de bicicletas, confitería, etc.
Durante su existencia se realizaron distintas obras de forestación y cobertura de césped. También se construyeron un anfiteatro para 700 personas, fuentes y monumentos. Incluso se organizaban eventos para el público adulto e infantil, como la “Semana de la Primavera” -quermeses, deportes y juegos atléticos.
El Paseo General Paz finalmente fue remplazado en 1939 por la construcción de la Rambla Casino que comprende el Casino Central, el Hotel Provincial y todo el paseo que bordea la costa y que hoy es un símbolo de la ciudad.
El Hotel Bristol
El Bristol Hotel fue el mítico hotel que definió a Mar del Plata como balneario de los porteños de clase alta a finales del siglo XIX. Construido cuando la ciudad era apenas un puñado de chalets de veraneo junto a un pequeño puerto y un saladero, se transformó en símbolo del lujo y la ostentación de la alta sociedad de la época y lugar preferido para sus vacaciones veraniegas hasta la Gran Depresión de 1930.
Este edificio descomunal y de un lujo al mejor estilo europeo se inauguró el 8 de enero de 1888 ocupando la manzana entre las actuales calles San Martín, Entre Ríos, San Martín, Corrientes y Rivadavia.
El éxito del establecimiento fue inmediato, por lo cual rápidamente se inició la construcción de ampliaciones. Sin embargo, el esplendor duraría poco.
Hubo dos hechos que marcaron el fin: por un lado el auge de los automoviles; el Hotel Bristol tenía una ubicación ideal para los veraneantes ya que estaba cerca de la playa. Sin embargo, cuando las familias comenzaron a llegar con sus propios coches, construyeron sus residencias en la Loma de Stella Maris y dejaron de alquilar habitaciones en el hotel.
Por otro lado, la Gran Depresión de los años 1929 y 1930 marcó el fin del turismo de clase alta y la llegada de la clase media que elegía lugares de hospedaje más accesibles. Finalmente el hotel brindó su última gran cena el 16 de junio de 1944 y al poco tiempo se subastaron el mobiliario, adornos y otros objetos de lujo. Posteriormente se vendieron los tres edificios que conformaban el complejo. Dos de ellos fueron demolidos, el tercero hoy es la Galería Bristol.
Club Mar del Plata
Otro símbolo de la época de oro de la aristocracia argentina ligada a Mar del Plata fue el conocido Club Mar del Plata. El lugar fue fundado en 1907 por Adolfo Dávila junto a un grupo de hombres que veraneaban en Mar del Plata cuando la ciudad era apenas un conjunto de residencias de vacaciones (“la Biarritz argentina”).
En 1910 abrió sus puertas oficialmente en un edificio de siete niveles en los que se disponían el Salón de la Columnas, el Salón Inglés, el Salón Dorado, el Salón Blanco y el Jardín de Invierno. Contaba además con pileta de natación, baños fríos y calientes de agua dulce y de mar.
Al igual que el Bristol Hotel, este exclusivo punto de encuentro sufrió la crisis del ’30 y, posteriormente la apertura de “La Feliz” a la clase media.
En 1948 el Estado Nacional expropió el Club Mar del Plata y lo entregó a la Lotería de Beneficencia Nacional y Casinos, luego Lotería Nacional. Posteriormente, en 1960, se instaló allí la Escuela de Artes Visuales y el Conservatorio de Música de la Provincia.
Sin embargo, el 10 de febrero de 1961, mientras se festejaba el aniversario de la fundación de Mar del Plata, un cortocircuito eléctrico desató un incendio que destruyó el lugar.
Las ruinas del Club permanecieron poco tiempo, ya que la Municipalidad decidió que era inviable su recuperación, y finalizó la demolición de lo que quedaba de uno de los lugares emblemáticos que marcó una época.