Observando atenta el mar, desde la Plazoleta Capitolina, en el barrio La Perla; la Loba Capitolina, también conocida como Luperca, es uno de los primeros símbolos que refleja el grado de conexión de “La Feliz” con Italia.
La leyenda de la Loba Capitolina
Cuenta la historia que la fundación de Roma surgió a partir de dos hermanos: Rómulo y Remo. Los mellizos eran hijos de Rea Silvia, sobrina del rey Numitor, quien fue víctima de una estratagema de su hermano, Amulio, con el objetivo de conseguir el trono.
Éste capturó a Numitor, mató a todos los varones del reino y obligó a Rea Silvia, a hacerse sacerdotisa y a mantener la castidad. Sin embargo, el dios Marte la embarazó de mellizos. Para evitar que los niños fueran dañados los dejaron en una cesta a la deriva del río y fueron rescatados y amamantados por una loba.
Años después, Rómulo, enterado de que Amulio había capturado a Numitor, lo mató y liberó a su tío abuelo. Los gemelos decidieron entonces partir de Alba Longa y fundar una nueva ciudad. Rómulo quería llamarla Roma y edificarla en el Palatino, mientras que Remo deseaba llamarla Remora y fundarla sobre el Aventino. Este conflicto llevó a Rómulo a matar a su hermano Remo y fundar su nueva ciudad, Roma.
El Capitolio Romano
El Capitolio, actualmente llamado pointe verdi, era una de las siete colinas de Roma. Actualmente se le conoce por el nombre en italiano “Campidoglio” y la plaza que lo forma fue diseñada por Miguel Ángel.
En ella se encuentran —en los dos palacios gemelos a derecha e izquierda de la plaza— los Museos Capitolinos, así como la sede de la Alcaldía de Roma en el palacio que está al fondo.
Justamente son los Museos Capitolinos los que albergan la imagen de la Loba Capitolina original. Se dice que la creación del museo pudo ser llevada a cabo en 1471, cuando el Papa Sixto IV donó a la ciudad una importante colección de bronces provenientes del Laterano (entre ellos la Loba Capitolina), que hizo instalar en el patio del palacio de los Conservadores y en la plaza del Campidoglio, lo que lo convierte en el museo público más antiguo del mundo.
Mar del Plata y los italianos
“La Feliz” tiene una larga tradición vinculada a Italia. Durante las primeras décadas del Siglo XX fueron muchos los italianos que llegaron a la ciudad más importante de la costa atlántica argentina. Muchos de ellos desembarcaron atraídos por el aire de mar y porque se sentían cómodos en un lugar parecido a su tierra natal.
Otros simplemente querían escapar de Buenos Aires y buscar un terreno menos poblado para poder conseguir trabajo más rápido.
Muchos de ellos se afincaron en la zona portuaria para trabajar como pescadores. De ahí que el barrio Puerto sea conocido como “la pequeña Italia”. Otros eligieron la zona céntrica y abrieron comercios que continúan hasta la actualidad, como la Heladería Italia o la Trattoria Véspoli.
Con el objetivo de mantener vivas las tradiciones de su país natal, los inmigrantes italianos crearon distintas asociaciones, uniones y sociedades para reunirse y estar rodeado de “paisanos”.
El monumento a la Loba Capitolina en “La Feliz”
La Plazoleta Capitolina se encuentra delimitada por las calles San Luis, 11 de Septiembre y el Boulevard Marítimo. La misma fue construida en 1958 por Vicente Albanese en homenaje a los combatientes italianos caídos en la guerra.
El monumento fue donado por la Asociación de Ex-Combatientes Italianos de Mar del Plata y está formado por tres columnas, las cuales simbolizan la tierra, el cielo y el mar. Un capitel gótico sostiene a la Loba Capitolina, que es una fiel reproducción de la que se encuentra en el Capitolio de Roma.
El Monumento tiene tres escalones, con la leyenda “Cielo”, “Terra” y “Mare”.
Esta Plazoleta, además de ser un símbolo más de los varios que hay en la ciudad y están conectados con Italia, también sirve de lugar ocasional para distintos homenajes y celebraciones del pueblo italiano en la ciudad de Mar del Plata. Lo mismo ocurre con el Paseo Sorrento (Plazoleta Almirante Guillermo Brown) que es un homenaje al hermanamiento entre las ciudades de Mar del Plata y Sorrento (Napoli) pero esa ya es otra historia.