top of page

La mágica Casa sobre el Arroyo

  • Foto del escritor: Mar del Plata - La Perla del Atlántico
    Mar del Plata - La Perla del Atlántico
  • 13 ago 2021
  • 3 Min. de lectura

Ubicada en un particular escenario natural de la ciudad de Mar del Plata, la Casa sobre el Arroyo –conocida como la Casa del Puente- es considerada como un componente paradigmático de la arquitectura del siglo XX y una referencia obligatoria del Movimiento Moderno en Argentina y en Latinoamérica.


Por Cristian Sirouyan

A lo largo de las calles anchas de Los Troncos, la ruidosa y multicolor Mar del Plata que estalla cada verano deja de ser esa urbe estridente, capaz de atraer visitantes de cualquier rincón del planeta sin distinción de origen, credo ni edad.

Más al norte, donde se empieza a perfilar el barrio San José, ese perfil sosegado de la ciudad se acentúa, hasta mutar en un acogedor rincón natural, el escenario a la medida de las almas sensibles, copado por 240 ejemplares de 58 especies de árboles.


Desde las sombras del pastizal, el perfume de las magnolias sale disparado al aire junto al trino de zorzales, colibríes, búhos y jilgueros desde el bosque, como para acentuar la atmósfera de poesía que se respira alrededor de la Casa sobre el Arroyo.


El paisaje inspirador sedujo al arquitecto y aviador Amancio Williams en la década del 40, a tal punto que lo impulsó a dar forma a su obra cumbre, un edificio rectangular que sirviera de vivienda y estudio para su padre, el músico y compositor Alberto Williams.

La construcción de estilo modernista iba a marcar un contraste notorio con el entorno de señoriales chalés de líneas normandas recubiertos con tejados sobre techos a dos aguas.


Pero la audacia creativa del constructor iría más lejos: se propuso instalar la casa sobre un arco de hormigón extendido sobre el curso del arroyo Las Chacras y sólo sostenido en sus extremos, enterrados en las dos orillas.


La perturbadora imagen de la casa, de 29 metros de largo por 10 metros de ancho, resultó suficiente para que Williams hijo lograra una pieza patrimonial única que fusiona su valor artístico con el atractivo arquitectónico, histórico, simbólico y paisajístico.

Esa rica mixtura reunida por la casa y su parque de dos hectáreas resurge lentamente desde enero de 2013, cuando fue adquirida por la Municipalidad de General Pueyrredón, restaurada y reabierta al público después de décadas de abandono y depredación.


Grupos de ornitólogos entrecruzan sus pasos por el parque con alumnos de escuelas primarias y secundarias, arquitectos, paisajistas, artistas plásticos y fotógrafos.


El sonido de las hojas secas y las bellotas desprendidas de los robles canadienses es la melodía constante que acompaña la visita. Más arriba, los enormes ventanales de la casa reflejan el magnífico conjunto del agua aquietada por la maraña vegetal en sus 120 metros de cauce, los pájaros y la arboleda.

El impacto visual que provoca la casa observada desde el exterior es indescriptible, pero ya van a ver cuando subamos y la recorramos por dentro.


A punto de trepar la escalinata de ingreso a la vivienda, el grupo de visitantes pierde en el camino al contingente de alumnos, dedicados a cumplir al pie de la letra con una misión de primer orden.


Un ingeniero agrónomo les enseñó la mejor forma de cortar de raíz las hiedras, trepadas a los troncos como potentes plagas que ahogan a los árboles e impiden su crecimiento normal.


En el interior de la casa asoma el perfil de un diseño futurista, iluminado desde todos los ángulos por la luz natural que se cuela a discreción por las ventanas.

El vandalismo y un incendio dejaron sus huellas y la oportuna exposición de imágenes registradas en 1947 por la fotógrafa alemana Grete Stern ayudan a entrever la mejor época, esa etapa de brillo que, por ahora, la obra de recuperación recupera en cuentagotas.


La carpintería original, la mesada de mármol de la cocina, el piso de adoquines de algarrobo y la infaltable piedra Mar del Plata resisten el paso del tiempo, pero nada luce en perfecta armonía como muestra una foto en blanco y negro que exhibe a Alberto Williams tocando el piano y el detalle estético de álamos, magnolias, cedros, robles y palmeras enmarcados por el ventanal.

Cuando se abre la puerta que desemboca en la otra orilla y el aire puro, removido por el viento, que arrastra los sonidos y aromas de la naturaleza, se instala en los dos niveles de la Casa sobre el Arroyo. El pulmón verde se apropia de la mole de hormigón y adopta la forma de una escultura magistral, creada en dos dimensiones inescindibles -la casa y el bosque-, tal cual la concibió su autor.


Dirección: Quintana 3998 esquina Funes, 7600 Mar del Plata, Provincia de Buenos Aires


Foto: Casas de Mardel en Instagram @casas_de_mardel



bottom of page