Lugar de peregrinación y símbolo de la fe, la Gruta de Lourdes ubicada en el puerto de Mar del Plata, está inspirada en la célebre gruta francesa del mismo nombre y es visitada por miles de turistas que quedan cautivados por su belleza. Hoy te contamos su historia.
Hacia el año 1858, la localidad de Lourdes era una muy pequeña e ignota aldea con casas humildes y una gran cantidad de habitantes analfabetos. Apenas era conocida en Francia y pocos sabían de la existencia del lugar. Sin embargo, guardaba una particularidad: Lourdes se encuentra en el inicio del sistema montañoso de los Pirineos y tiene hacia el oeste un promontorio rocoso conocido con el nombre de Massabielle (Rocas Viejas). Al pie de éste corre el río Gave que se forma con las aguas que descienden de las montañas. A un lado de los muros de rocas seminegruzcas la naturaleza abrió una pronunciada gruta de 3 metros y medio de ancho por 3 metros y medio de alto.
En esa gruta fue donde, según el testimonio de Bernadette Soubirous, se produjo una de las apariciones marianas más conocidas de la historia, en el año 1858.
Hoy junto a esa Gruta de las Revelaciones se alza un santuario y un lugar de peregrinación. La Gruta y la Basílica de la Inmaculada Concepción constituyen el santuario original. Posteriormente, todo el conjunto de templos y edificios que tienen como centro la Gruta mencionada recibieron el nombre de Santuario de Nuestra Señora de Lourdes.
La Gruta en Mar del Plata
Para hablar de la historia de la Gruta, primero hay que hacer referencia al grupo de religiosas “Pequeñas Hermanas de la Divina Providencia”. Ellas comenzaron una ardua tarea educativa en un humilde barrio en la zona del puerto. Este grupo fundó el Colegio de la “Inmaculada Concepción” que hoy alberga a más de 900 alumnas.
Con el tiempo, la obra de las “Pequeñas Hermanas de la Divina Providencia” comienza a crecer y una de ellas, Sor Concepta Ghersi, más conocida por la comunidad como la “Mamma”, cuyos venerables restos descansan a la entrada de la Capilla de la Gruta, da comienzo a la tarea de levantar un Santuario en honor de la Virgen de Nuestra Señora de Lourdes.
Inicio de las obras
Las obras comenzaron en el año 1937 con la donación de una manzana de terreno por parte del Dr. Norberto F. Peralta Ramos a las “Pequeñas Hermanas de la Divina Providencia”. Este lugar estaba cerca del Colegio “Inmaculada Concepción” que atendían las mismas Hermanas, circundado por las calles 12 de Octubre, Don Orione, Magallanes y Elisa Alvear de Bosch. Hacía tiempo que este terreno había sido convertido en cantera de donde sacaban piedra para la construcción. El proyecto y la ejecución estuvieron a cargo del conocido arquitecto Luis Cossa.
Cómo es la Gruta
Quienes recorren el lugar, al ingresar se encuentran con una gran capilla al aire libre, varios bancos de iglesia y un altar donde, entre las piedras, se ve la imagen de la Virgen, a unos 3 metros de altura.
Justo bajo esa imagen un pequeño piletón de roca recoge el agua bendita que cae, y de la cual, algunos se llevan un poco en botellas. Dentro del recinto también se encuentra el Vía Crucis de la entrada a la izquierda, y los misterios del Santo Rosario a la derecha.
Por otro lado, también hay una réplica de la ciudad de Belén, donde nació Cristo, y otra de la ciudad de Jerusalén. En la primera, si el visitante coloca una moneda, las figuras se mueven y se puede ver a los Reyes Magos yendo a visitar al Niño Jesús.