Muchas veces contamos lo poco que se sabe del Saint James, aquel fastuoso hotel que pretendieron levantar a fines del siglo XIX frente a la actual playa Varese y que quedó abandonado por problemas financieros. También sabemos que el fallido proyecto se enseñoreó como una ruina monumental hasta la década del 20 en su solitario enclave (Boulevard Marítimo, Alberti, Carlos Pellegrini y General Paz).
Por su calidad y detalles, los mejores registros gráficos del hotel abandonado corresponden a la revista Caras y Caretas e ilustraron un artículo publicado el 15 de febrero de 1919, pocos años antes de la demolición.
El texto -firmado por Manuel María Oliver- es, a su vez, la narración más precisa que se conoce sobre la fantasmagórica construcción. De hecho, las posteriores narraciones de varios historiadores se fundamentan en aquel artículo, incluyendo la leyenda, o no, del arquitecto cuyo nombre nunca se supo y que se habría suicidado dentro del hotel.
Hoy he vuelto a esas magníficas fotos para recoger pequeños detalles. Y observé con sorpresa que en una de ellas -correspondiente a la parte posterior del hotel- se puede ver a dos hombres en lo que aparenta ser el inicio de un diálogo.
Al recorrer el edificio abandonado, Oliver dice haber descubierto tres habitantes. Uno es un hombre “criollo y sintético, que habla poco, como todos los que tienen como compañero a la soledad”, sin precisar si se trata de un cuidador o de un intruso. ¿Serán Oliver y ese "criollo sintético" los que aparecen en la fotografía, dialogando en medio de un alto pastizal?.
Los otros dos habitantes descriptos por el periodista son “un perro grande y noble” y una lechuza “audaz, terrible, implacable, que entona sarcásticos nocturnos y que ríe de manera extraña”.
Sin embargo, nada dice Oliver de una cuarta presencia que puede observarse si ampliamos la foto al máximo de la tolerancia de su nitidez: la de un niño, aparentemente vestido de blanco, que camina entre los pastizales. Por supuesto, jamás sabremos nada de él.
Otra foto -la que nos muestra el frente del hotel y a una familia paseando en un pequeño carruaje- ofrece otro detalle mucho más trascendente. Frente al hotel, sobre el actual Boulevard Marítimo, vemos una escultura. Se trata de "Mujer Bañándose", hoy ubicada en Plaza Colón. Costanza Addiechi -directora de restauración de Monumentos Históricos de la Municipalidad- ha escrito tiempo atrás:
"Es una reproducción de la reconocida obra “Baigneuse” de Etienne Maurice Falconet (1716-1791), uno de los escultores más importantes del estilo rococó francés cuyo mecenas fue Madame de Pompadour. La obra se conserva hoy en el Museo del Louvre en París, Francia".
"Nuestra reproducción fue traída de Italia los primeros años del 1900. Estuvo ubicada originalmente de espaldas al mar y frente al inconcluso Hotel Saint James en la Explanada Sur (Boulevard Marítimo y General Paz, frente a la actual Playa Varese), inaugurada en 1909.
A pocos metros de ella estaba la Venus de Milo", también ubicada hoy en Plaza Colón. ¿Los hombres que la rodean están atraídos por su belleza?.
Quizás no. Pareciera que otra circunstancia es la que los reúne.
Lo cierto es que aparecieron accidentalmente en una foto que sirve para ubicar el emplazamiento original de una de las más bellas esculturas de nuestro patrimonio.-