Los trabajos de recuperación del animal se completaron en el Centro de Recuperación de Especies Marinas del Aquarium, donde se lo atendió y alimentó hasta lograr un cuadro que garantizara su supervivencia por propios medios
En aguas abiertas, frente a playas céntricas de la ciudad, Jack volvió a su hábitat natural. Este elefante marino (Mirounga Leonina) juvenil pudo regresar al mar tras cuatro meses de tratamiento luego de ser rescatado en la costa con indicios de desnutrición, lesiones y algunas otras complejidades de salud.
Los trabajos de recuperación del animal se completaron en el Centro de Recuperación de Especies Marinas del Aquarium Mar del Plata, donde se lo atendió y alimentó hasta lograr un cuadro que garantizara su supervivencia por propios medios.
“Lo encontramos con 61 kilos y hoy volvió al mar con 90 kilos y su principal herida sanada completamente”, aseguró el director científico del la Fundación Aquarium Mar del Plata, Alejandro Saubidet.
Lo bautizaron Jack luego de rescatarlo el 1 de abril último cuando vecinos dieron aviso de su presencia. Lo vieron en las playas del norte, frente al Asilo Unzué, con un corte profundo e importante en la aleta posterior izquierda, tendido sobre la arena y con muy poca capacidad de desplazamiento.
En esa primera revisación clínica también advirtieron que presentaba una muda discontinuada y esa condición de bajo peso que lo exponía a una situación de debilidad frente a otras especímenes de similar y mayor porte.
En el guardacostas Río Luján de Prefectura Naval Argentina se cumplió esta mañana el traslado del elefante marino para soltarlo luego en aguas cercanas a Cabo Corrientes. “Ahora sí se encuentra en condiciones de enfrentar las condiciones de su medio natural” insistió Saubidet.
La presencia de esta especie en las playas de la zona no es recurrente pero sí con apariciones esporádicas. Previo a este caso, a comienzos de agosto del año pasado, se recuerda la atracción en que se convirtió durante algunas horas otro elefante marino de mucho mayor porte que avanzó hasta la línea de carpas en La Perla para luego, acompañado por personal especializado, retornar por sus propios medios al mar.