Vivir en el centro tiene sus ventajas y sus desventajas. Se podría decir que la mayor ventaja es tener cerca la playa, la peatonal, los shoppings, entre otras atracciones. Y también las 24 líneas de colectivos que circulan por la zona. Lo cual también es un factor negativo. En vacaciones de verano, invierno, fines de semanas largos los residentes se sienten invadidos por los turistas.
Por Karen Goncalvez
Según los datos de la Inmobiliaria Gonnet, hay 40 mil viviendas más que hace una década. En el centro, mes a mes, la cantidad de edificios aumenta, pero la Avenida Colón al 2000 de Marzo a Diciembre, en sus balcones, es una vidriera de oferta constante para alquilar y comprar. Diez de cada treinta departamentos poseen colgado el cartel. Esto quiere decir que muchos se utilizan para uso temporario o vacacional.
Ser portero o portera es una tarea compleja, especialmente en edificios donde hay un problema en común: el gas. Cuarenta construcciones nuevas deben esperar un año por este servicio. Hasta que no se cumplan las obras de ampliación de la red para la región no se hacen nuevas conexiones para no perjudicar a los usuarios ya establecidos. Los arquitectos, entonces, optan por los sistemas eléctricos para calefaccionar.
La reconocida Rambla, sobre el Boulevard Marítimo, donde no importa si una nube gris o una lluvia torrencial invade el cielo, está llena cada sábado y domingo. Pasatiempo, diversión y música. Son los condimentos para que, por lo general, los abuelos visiten las escalinatas. Arreglados y no tan arreglados y perfumados y no tan perfumados, están expectantes por el show que se desarrollará. Nada les arruina su performance de baile.
Ni los tímidos ni los marginados quedan a un lado. Ellos disfrutan de los shows de los bailarines de tango y folklore, también de los cantantes. Tampoco los niños que corren por todos lados, los asistentes que bailan, observan y aplauden junto a los africanos que aprovechan para vender algún que otro lente o una bijouterie.
La Rambla es ese lugar donde se mezclan todos los oficios y hobbies de los marplatenses. Es un lugar de diversión. Lejos de los problemas.
Pero no es la única atracción fija. Al Casino Central llegan día a día jóvenes y no tan jóvenes. Algunos perjudicados por el vicio y otros para tomar algo u observar. En la sala principal, al entrar, se siente el aroma que lo identifica. Las alfombras con mil años y algunas máquinas muy viejas. Pero, a diferencia del interior que es antiguo, por fuera se trabaja para mejorar su infraestructura.
Tragos a precios bajos para que la estadía sea mayor y, quizás, cambiar de opinión si la idea era sólo caminar sin jugar. Hay que lidiar con la angosta línea de divertirse y enviciarse.
Siguiendo por la Av. Peralta Ramos, antes de llegar al Casino Central, de mano izquierda, está la Plaza Colón, que cada fin de semana es el punto de encuentro para jóvenes, adulos y niños, ya sea para tomar mates, charlar o simplemente pasar el día.