Mar del Plata es una de las conglomeraciones urbanas más grandes del país. Está situada sobre la costa atlántica y llegar hasta allí es muy sencillo ya que se encuentra a solo 400 kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con comunicación terrestre y aérea. Al bajarnos del auto, el bus, el tren o el avión nos esperan paisajes maravillosos, actividades para todos los gustos y una infraestructura preparada para que nuestra estadía sea perfecta.
Por María Alvarez Costa
1) Playas infinitas
El principal atractivo natural de Mar del Plata reside en sus 47 kilómetros de playas comparables a las mejores de Sudamérica. Desde el norte hasta el sur pueden elegirse distintos puntos costeros y cada uno tendrá su particularidad. Hacia la zona de Parque Camet encontramos playas tranquilas con espigones en T que forman zonas tipo ollas y son visitadas mayormente por familias. Más adelante nos topamos con los balnearios de La Perla que en verano son muy concurridos y montan carpas y sombrillas en la arena y múltiples servicios gastronómicos y de divertimento para adultos y niños.
A continuación tenemos la opción más movida y populosa con las playas céntricas (La Bristol, Las Toscas, Punta Iglesia) muy cerca del centro comercial y financiero de la ciudad y sobre las principales arterias por donde circula el transporte público y privado.
A continuación encontramos las playas con el mar más tranquilo de Mar del Plata: Varese y Cabo Corrientes, ideal para nadar y hacer prácticas acuáticas. Tiene una bajada náutica por donde desfilan botes de pesca, kayacs y los aficionados al paddle surfing (o stand up surfing) disfrutan del mar sin olas desde las primeras horas del día.
Si por el contrario lo que buscamos es domar buenas olas y pasar una jornada a puro surf lo ideal es seguir avanzando y parar en Playa Grande, justo al lado de la escollera norte. Un par de kilómetros hacia el sur ya podemos optar por las amplísimas playas de Punta Mogotes con toda una estructura preparada para recibir centenares de turistas y locales.
Desde el faro y hasta los barrios sureños donde termina la ciudad los paradores se van sucediendo uno tras otro con bajadas para peatones y vehículos donde nos esperan playas extensas de mar abierto que nos invitan a largas caminatas entre un océano infinito y paredes de acantilados imponentes.
2) El Puerto
Un paseo imperdible de Mar del Plata es su puerto. Al ser la pesca una de las principales actividades económicas este lugar no se caracteriza por ser un paseo romántico o un paisaje de ensueño.
Su carácter pintoresco se debe a la impronta que la comunidad italiana ha dejado en esta área de la ciudad: barquitas amarillas con nombres propios que nos remiten a los orígenes de nuestros abuelos, puestos vendiendo la pesca fresca del día, algunos residentes hablando la media lengua que llamamos “cocoliche” (mezcla de español e italiano) y los habitantes más famosos de la banquina del puerto marplatense: los lobos marinos.
Aquí podemos toparnos con alguno de ellos caminando muy cerca de la gente, nadando entre los barcos estacionados o incluso trepando a la cubierta de algunos de ellos para tomar una siesta.
Si queremos apreciarlos en toda su magnitud y en su habitat natural podemos desviarnos hasta la escollera sur y allí podemos visitar la reserva. Si bien un alambrado nos separa de los ejemplares se pueden observar con total comodidad y muy cerca. Luego de esta parada se puede continuar por la escollera, hasta su punto final donde se encuentra San Salvador, patrono de los pescadores y desde donde tendremos una vista panorámica inigualable de la ciudad y del océano.
Se puede llegar en auto, en bicicleta o caminando pero hay que tener en cuenta que el recorrido es bastante largo (2,8 km). En la escollera sur se encuentra el mural colectivo más extenso de Mar del Plata.
3) Bosque Peralta Ramos y Barrios del Sur
El Bosque Peralta Ramos está ubicado en la zona sur muy cerca de las playas del Faro y de los barrios Acantilados, San Jacinto, San Patricio y Playa Serena.
Hasta hace unos pocos años estos barrios permanecían semi aislados y sin proyectos urbanísticos. Sin embargo en la última década surgió una nueva generación con deseos de instalarse en áreas alejadas del ruido, en contacto con la naturaleza y con mejor calidad de vida.
El Bosque es además de barrio residencial una reserva natural: las hermosas construcciones se entremezclan con arboledas añejas de gran porte.
¿Qué hacer en estos barrios?
Si estamos en buena forma es un excelente plan recorrer todos estos barrios en bicicleta para compartir la experiencia de una vida sana.
Si todavía nos queda aire y las piernas nos responden podemos incluir parte del camino de las estancias originarias y el Complejo Chapadmalal. Si nuestro estado atlético no está a la altura del desafío siempre es posible tomar un autobús local.
4) La Torre Tanque
Esta construcción pertenece a Obras Sanitarias, la empresa responsable de la distribución de agua potable a toda la ciudad. Está ubicada en la esquina de las calles Falucho y Mendoza en pleno barrio Stella Maris, uno de los más tradicionales e históricos de Mar del Plata. El mirador de esta pintoresca construcción se encuentra a 80 metros sobre el nivel mar.
La entrada es libre y gratuita y se puede acceder por escalera o ascensor. Al llegar nos deslumbraremos con una vista de 360 grados de toda la ciudad, el mar y las sierras. Hay visitas guiadas.
5) Villa Victoria, Villa Silvina, Villa Mitre
Caminar las calles del tradicional barrio Los Troncos es un deleite arquitectónico. Sus magníficas residencias tanto modernas como antiguas conviven con el verde de las aceras y los jardines.
Aquí se encuentra el chalet que da nombre al barrio y tres de las construcciones históricas más famosas de Mar de Plata. Villa Victoria es actualmente un centro cultural muy importante donde se desarrollan actividades durante todo el año pero fue casa de veraneo de la escritora Victoria Ocampo a mediados del siglo XX.
Esta mansión construida con cartón, madera y arpillera en estilo inglés fue testigo de reuniones con grandes personalidades de la cultura tanto argentina como internacional. Está rodeada de un magnífico jardín que puede recorrerse y en los meses estivales se utiliza para conciertos, exposiciones, charlas y encuentros al aire libre.
Frente a esta residencia se encuentra Villa Mitre, actualmente Archivo Histórico Municipal, donde puede verse una extensa colección de fotografías, documentos y objetos que cuentan la historia y el crecimiento de Mar del Plata.
También hay espacios dedicados a la escritora Alfonsina Storni y al compositor de tango Astor Piazzolla, ambos marplatenses.
Por la calle contigua puede apreciarse Villa Silvina, casa de verano del matrimonio de los escritores Silvina Ocampo y Adolfo Bioy Casares. En la actualidad funciona una institución educativa.
6) Casa del Puente
Si bien esta casa está situada en una zona no turística (Matheu 3900) es muy aconsejable desviarse y visitarla. Considerada patrimonio arquitectónico es hoy Museo Casa sobre el arroyo. Durante muchos años fue abandonada y se encuentra en mal estado de conservación pero la municipalidad ha comenzado a abrirla a la comunidad y a solicitar apoyo tanto estatal como privado para su puesta en valor.
Fue propiedad del músico Alberto Williams y diseñada por su hijo Amancio, quien fuera reconocido como arquitecto por esta y muchas otras obras.
Su construcción moderna data del año 1945 y todo en ella es novedoso y precursor: la utilización de materiales como el hormigón, la estructura minimalista sobre el arroyo emulando un puente, los espacios intercomunicados y abiertos al exterior, la introducción de nuevas tecnologías para el funcionamiento de la casa y otros detalles de vanguardia hacen que sea imprescindible una recorrida por el lugar.
Las dos hectáreas cruzadas por el arroyo Las Chacras y que conforman el pulmón verde donde se emplaza esta casa-museo son dignas de contemplarse también. Cuenta con un patrimonio de flora y fauna silvestre que también es protegido como reserva natural. Hay visitas guiadas tanto por el parque como por dentro de la casa.
7) Sierra de los Padres
Para acceder a este barrio marplatense hay que tomar la ruta 226 y conducir por unos 15 minutos. También se puede acceder con el autobús 717 desde el centro de Mar del Plata. Como lo indica su nombre se trata de un área residencial con dos zonas comerciales que van esparciéndose sobre sierras y lomadas verdes forestadas.
Al hallarse alejado de la ciudad es una opción excelente para aquellos que se preguntan qué hacer para relajarse y pasar un momento distendido en contacto con la naturaleza. Rodeado de quintas y huertas este lugar es muy solicitado por quienes buscan comprar frutas, verduras y hortalizas a buen precio y mejor calidad.
También es frecuentado por los deportistas que aprovechan su terreno de subidas y bajadas para entrenar tanto ciclismo como running y trekking entre la forestación y las piedras del ambiente.
Al acceder a la cima, donde hay un pequeño pero acogedor centro comercial y gastronómico, se puede disfrutar de una vista panorámica sin igual. Muy cerca de este punto se encuentra la Gruta de los Pañuelos. Al aire libre y entre los árboles se encuentra una cavidad entre las rocas donde en la década del 50 se colocó una imagen de la virgen de Luján y los devotos colocan un pañuelo de color en señal de agradecimiento a pedidos cumplidos.
Sierra de los Padres cuenta con alojamiento para turistas, campings, cancha de golf, spas y la posibilidad de hacer cabalgatas y parapente.
8) Laguna de los Padres
Unida por un camino de pocos kilómetros a la Sierra de los Padres se encuentra la laguna del mismo nombre.
Esta amplia zona natural es ideal para caminatas entre la forestación, cabalgar, montar en bicicleta y realizar deportes náuticos. Cuenta con campings y zonas de fogones gratuitos a orillas de la laguna.
Dentro de estas 400 hectáreas hay un club de pesca, un vivero municipal y dos sitios históricos que pueden visitarse: el Museo José Hernández y la Reducción del Pilar.
Museo Municipal "José Hernández" y Reducción "Nuestra Señora del Pilar"
9) La Rambla
La Rambla es el paseo tradicional por excelencia de Mar del Plata. Ubicado sobre la costa céntrica y con el océano Atlántico de un lado y los edificios históricos del casino, el teatro Auditorium y el Hotel Provincial del otro, nos comunica con el pasado de la ciudad.
Fue diseñada por el arquitecto Alejandro Bustillo y construida en la década del 40 sobre la estructura de una rambla que venía sufriendo distintas intervenciones desde las últimas décadas del 1800.
Esta última modificación, que dura hasta la actualidad, es contemporánea a los edificios mencionados y el conjunto está construido con la famosa piedra Mar del Plata, ladrillo visto y pizarra francesa.
Esta estética luego fue replicada en las construcciones aledañas dando a esta zona de la ciudad una visual muy característica que la destaca de otras y conforma la postal marplatense más conocida.
Entre los dos edificios se encuentra una plaza seca donde se encuentra el monumento al Almirante Guillermo Brown y se levantaron dos famosas esculturas de lobos marinos que dan un marco tradicional al paseo y a la playa. Ningún visitante puede irse de Mar del Plata sin sacarse una foto allí.
10) Torreón del Monje
Este centenario castillo de piedra junto al mar es testigo de la historia y el desarrollo de la ciudad. Convertido en comercio gastronómico hace varios años su ubicación de privilegio nos sugiere qué hacer en el Torreón: un té a la tarde o una cena en una noche estrellada son verdaderos placeres que nunca olvidaremos.
Desde su interior vidriado o su extensa terraza al aire libre se observa la longitud de la ciudad y sus playas y la inmensidad del mar. A pocos metros de la Rambla, esta construcción de interés turístico y patrimonial forma parte de las fotografías obligatorias de nuestro viaje por Mar del Plata.
Sabemos que en cada destino las ofertas superan nuestro tiempo de estadía y debemos organizarnos para intentar perdernos lo menos posible. Mar del Plata no es la excepción y estas diez opciones son solo una muestra de todo lo que podemos vivir en esta ciudad maravillosa. La planificación previa nos permitirá aprovechar nuestras vacaciones al máximo y nuestras ganas de volver harán el resto para que esta visita sea la primera pero no la única.