Al hablar de Mar del Plata, la primera imagen que muchos tienen es la de los Lobos Marinos y, a sus pies, Playa Bristol.
Este popular balneario, símbolo de las épocas de esplendor de “La Feliz”, ha sido durante años el termómetro de la clase media argentina. Si la playa estaba llena, sería una gran temporada. Si por el contrario, había poca gente, iba a ser un verano para el olvido.
Su historia atraviesa la propia evolución del país y la transformación de la ciudad de Mar del Plata.
Playa Bristol: la playa de los ricos
Aunque hoy suene raro, cuando se conformó el balneario, el mismo era visitado por la clase más pudiente del país. La razón está ligada al Hotel Bristol que da nombre a la playa y que se inauguró en 1888. Este hotel, un lujoso edificio de tres pisos, se volvió el sitio preferido de ilustres personajes que eligieron a Mar del Plata como su lugar de descanso.
Fue por esos años también que la ciudad se ganó el nombre de el “Biarritz Argentino”.
En aquellos años, los hombres y mujeres se metían al mar por separado y todos tenían el cuerpo completamente cubierto. Acorde a las necesidades de los turistas de gustos refinados y de alto poder adquisitivo fue que se construyó la famosa Rambla Bristol.
La Rambla Bristol se construyó en 1913. La misma fue hecha con mampostería con diseño belga, estilizada con balaustradas, estatuas y ornamentos de tipo grecorromano.
Cuando se inauguró el balneario, el cuerpo debía estar completamente cubierto y los varones, separados de las mujeres. PhotoCredit: imagen de dominio público.
La parte abierta al público de la antigua rambla, era una sucesión de locales a modo de cinta, de unos 400 metros de longitud dividida en tres secciones: una mayor (central) y dos laterales separadas entre sí por dos escalinatas de 40 metros de ancho cada una, que marcaban claramente los dos niveles del edificio.
Fue en aquella vieja rambla que solían pasear personajes históricos como Alfonsina Storni, Jorge Luís Borges y Victoria Ocampo. Sin embargo, en 1939 la rambla fue demolida y dio inicio a una nueva historia en Playa Bristol.
Cuando “La Bristol” se transformó en la playa de todos
Podría decirse que hubo un antes y un después en la ciudad de Mar del Plata, que indirectamente influyó en su fisonomía, estilo de vida y, por lo tanto, en sus playas. De ser el lugar de vacaciones predilecto de la clase alta, pasó a convertirse en un destino ideal para la clase media que cada vez crecía más y más.
En línea con ese cambio, la antigua y ostentosa rambla se derrumbó y se construyó la “Rambla Casino” que permanece en la actualidad. La misma se desarrolló en conjunto con la construcción del edificio del Casino Central y el del Hotel Provincial, balnearios, playas de estacionamiento y rambla frente al hotel y casino.
Fue también en esos años que los hoteles pasaron a manos de los sindicatos y la ciudad se pobló de la clase media trabajadora.
La Rambla Casino, con los Lobos Marinos, es una de las postales clásicas de Mar del Plata.
Los antiguos chalets que le daban un particular estilo a la ciudad se derrumbaron y se construyeron varios edificios, lo cual hizo que el turismo en la playa llegara a cifras inalcanzables hasta ese momento. La Playa Bristol quedaba a pocas cuadras del centro de Mar del Plata y de los hoteles más económicos, por eso la clase media y baja “se adueñó” del balneario. Las clases más adineradas, por el contrario, se trasladaron a playas más apartadas en la parte sur de la ciudad donde hoy se encuentran los balnearios más exclusivos, en la zona de Punta Mogotes.
El boom de “La Bristol”
Ya entrados los años ’70 y afianzado el rol de Mar del Plata como “La Feliz”, la Playa Bristol se transformó en el eje de la vida veraniega en la ciudad. Por aquellos días era un clásico sacarse fotos con los fotógrafos de la rambla. Tampoco faltaban los barquillos tradicionales ni los sándwiches hechos en casa. Lejos estaban los parlantes a todo volumen, los tarjeteros con descuentos para los boliches o los animadores con actividades para toda la familia. También por esos años fue que se hizo popular sacarse una foto junto a los Lobos Marinos, realizados por Fioravanti en la década de 1940, testimonio fiel de haber disfrutado de unas vacaciones felices en Mar del Plata.
Hoy cambiaron muchas cosas en la ciudad. Hay lugares que ya no existen. Otros cambiaron completamente. Pero “La Bristol” se mantiene como una de las playas más famosas de Argentina y una de las más queridas. Este balneario no solo es sinónimo de vacaciones, descanso y alegría, también guarda en sus entrañas la historia entera, crecimiento y transformación de un país.