César Bustillo era hijo de Alejandro, el arquitecto. Nació en 1917 en la localidad bonaerense de Plátanos, partido de Berazategui y falleció en 1969. Pintor, muralista, grabador, dibujante y escultor. A pedido de su padre (y ad honorem) ejecutó los murales del hall de acceso del Gran Hotel Provincial entre los años 1948-50.
El conjunto de murales recrea personajes míticos insinuando las estaciones del año, a través de la representación de los 4 vientos. La obra compuesta por 6 murales se denomina “Los Vientos del País”. Hay escenas de pescadores (entre ellos aparece la figura del mismo Bustillo con un crucifijo colgando en su pecho y tomando una soga de red de pesca), jóvenes arreando caballos, un gaucho apartando un toro, indígenas a caballo, un naufragio, etc.
Foto: Escena con pescadores. Bustillo en situación central.
Los vientos del país, son deidades nacidas de la unión de Eolo (dios de los vientos) con 4 diosas americanas (según la mitología sui generis de Bustillo): Tórrida, Antárctica, Cordillera y Nube. Estas deidades, de rasgos acriollados y americanistas son llamadas “Eólidas”. Seres alados (con alas de aves características de la geografía que representan, por ejemplo alas de guacamayo, cóndor o albatros).
Foto: Otra de las escenas, quizás la más criticada, con el hombre asustando a una mujer con un cangrejo y una langosta.
Colocados en cada punto cardinal, tenemos a Eólida Tórrido, representando al viento norte, Eólida Antárctico, al viento sur, Eólida Andino, al viento seco del oeste y Eólida Atlántico representando al viento húmedo del este.
Los murales se inauguraron el 18 de febrero de 1950 junto a la inauguración del Hotel Provincial. Las críticas no tardaron en aparecen en los medios locales, abiertamente en contra de los mismos. Vale recordar el contexto histórico que se estaba transitando, la ciudad ya había dejado de “pertenecer” a la aristocracia para ser alcanzada por las clases medias y trabajadoras.
Foto: Imagen de dos de los dioses del viento (Eólidas), a la izquierda “Atlántico” y a la derecha, “Antárctico”. En el medio una escena con jóvenes montando caballos.
El complejo Casino-Hotel Provincial reemplazó la Rambla Bristol de la Belle Époque, esto se miró con recelo por muchos marplatenses.
Según las críticas, las imágenes eran muy fuertes para estar exhibidas en un lugar público (provincial). Caracteriza a los murales el hecho de que todos sus personajes se encuentran desnudos o semidesnudos, enfatizados en su desarrollo muscular, recurso que también aplica a los animales y en un estilo entre manierista y grotesco, reafirmados en su exageración gestual y sumado a poses “ambiguas” de las deidades.
Foto: La otra escena flanqueada por Eólidas, a la izquierda “Andino” y a la derecha “Tórrido”. En el medio una escena de un naufragio.
Se le pidió a Bustillo que tapara los desnudos, para ello recurrió a los “taparrabos”. En definitiva, cuando se realizó el Primer Festival de Cine (durante el gobierno de Perón), los murales se taparon con telas. Esta acción fue atribuida
a Raúl Alejandro Apold (Subsecretario de Informaciones y Prensa y a cargo de la organización del festival).
Foto: Mural situado a espaldas del acceso, indígenas montando caballos.
Con el gobierno militar que depuso a Perón, las cosas no cambiaron mucho. Fueron expuestos un breve tiempo (4 meses), para volver a taparse porque de alguna manera era una obra (la de todo el complejo Casino-Hotel Provincial) asociada al gobierno de Perón y como tal trató de esconderse como todo lo relacionado con su gobierno.
En 1956, el tema llegó a oficializarse porque se encomendó a un comité de notables para que resolvieran el destino de los murales. Este “jurado” estaba conformado por los intelectuales Jorge Romero Brest (crítico de arte), Juan Ballester Peña (pintor), Héctor Basaldúa (pintor), Manuel Mujica Láinez (escritor) y Julio E. Payró (ensayista). La mayoría de los informes fueron críticas negativas.
Foto: segundo mural situado a espaldas del acceso, gaucho montando un caballo separando un toro.
El 6 de Agosto de 1957, César Bustillo y Alejandro Bustillo presentaron su defensa y desestimaron los informes negativos aludiendo en algunos casos que las personas del comité ya habían dado su testimonio negativo anteriormente y que por ello no debían formar parte del comité
(Mujica Láinez y Romero Brest), en cuanto al informe de Ballester Peña, señalaron que sus críticas estaban basadas sobre el rechazo que oportunamente tuvo el pintor a su proposición personal para pintar los murales. Hubo luego otros críticos que defendieron la obra de César Bustillo. En definitiva nunca se llegó a dirimir el asunto y los murales allí siguieron.
En el año 1962, con la concesión del hotel por parte de una firma privada, volvieron a destaparse.
Ese año César Bustillo visitó nuevamente la ciudad para restaurar los frescos en la zona donde los cortinados fueron sujetados.
En el año 1998 el hotel se cerró. Sólo se abrió (parcialmente) para ciertos eventos como el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata y algunas exposiciones o congresos. La falta de mantenimiento de parte de las autoridades provinciales generó problemas de filtraciones y un deterioro significativo en las instalaciones generales del hotel. Para poder apreciar estos murales en forma permanente hubo que esperar una nueva licitación (2008). El Hotel Provincial concesionado a la cadena NH, fue recuperado y los frescos restaurados. Hoy pueden apreciarse en todo su esplendor.
Fuentes para este apartado:
Notas en los diarios La Capital (de Mar del Plata), Infobae y La Nación.
Nota “Los Bustillo. Informe secreto sobre los murales del Provincial: acusación y defensa”. Sitio: http://www.magicasruinas.com.ar/
Suárez Guerrini, Florencia - El caso Bustillo y la recepción de una imagen polémica (VIII Jornadas de Sociología de la UNLP-3 al 5 de diciembre de 2014).