La imagen de la Virgen de Luján que estuvo en las Islas Malvinas durante la guerra de 1982 y acompañó a los soldados argentinos llegó ayer Mar del Plata y fue entronizada en la Catedral, donde el obispo diocesano Gabriel Mestre celebró una misa con la presencia de excombatientes.
Al son de “Viva la Virgen” y “Viva la Patria”, acompañada por los acordes ejecutados por la banda de música del Grupo de Artillería Antiaéreo (GADA) 601, la recuperada imagen de la Virgen de Luján (que hasta hace 3 años permaneció en el Reino Unido) ingresó al mayor templo católico de Mar del Plata.
Algunos de los presentes hasta acompañaron el momento saludando con pañuelos blancos mientras que otros quisieron plasmar el instante con la cámara de su teléfono celular.
Detrás de la imagen desfilaron representantes de las fuerzas armadas y algunos de los ex combatientes de la ciudad,
como Fernando Álvarez (presidente del Centro de Soldados Ex Combatientes en Malvinas), quien recordó que “en las islas nos habían dado un rosario y tres hojitas con las instrucciones para rezarlo. Tengo todo en mi casa. Las hojitas están manchadas y gastadas pero todavía legibles”.
Instalada en el altar mayor de la Catedral, ante su presencia, todos cumplieron con el rezo del rosario para más tarde dar paso a la celebración de la misa a cargo del obispo diocesano Gabriel Mestre, que en sus plegarias pidió “por la memoria de los caídos y de los ex combatientes”.
Mestre recibió la imagen con la presencia de la Banda de Música de la Unidad del Ejército GADA 601 y miembros de las otras
fuerzas militares, además de veteranos de la guerra de Malvinas.
La virgen fue el centro de las misas de campaña en las islas junto a los soldados de Malvinas y este martes el obispo marplatense celebró una misa en la catedral ante familiares y amigos de soldados caídos, veteranos y vecinos de Mar del Plata.
El obispo expresó que es «una gran alegría poder celebrar esta misa ante la Virgen María que supo acompañar en la fe, las dificultades y en los momentos más difíciles que tiene la guerra».
Se rezó el Santo Rosario y pasadas las 17 el obispo Mestre presidió la Eucaristía ante las agrupaciones de veteranos de Malvinas.
En la homilía el obispo expresó: «vivimos un momento muy fuerte y si bien estoy convencido de los derechos de Argentina sobre las islas, sabemos que el camino no es la guerra que tanto daño produce a todos. Hoy tenemos la presencia luminosa: la Virgen, que representa a la madre de Jesús que nos hace tanto bien».
«Está imagen que fue misteriosamente protegida por Dios, estuvo en la guerra presenciando el dolor y el sufrimiento de nuestros hermanos es símbolo de que la paz y la reconciliación son posible».
«La fe tiene un valor revolucionario que nos puede permitir la reconciliación y la paz en nuestra vida cotidiana. La Virgen produce milagros cotidianos en nuestras vidas, solo tenemos que descubrir su
presencia», apuntó.
«Hoy estamos todos muy emocionados por la presencia de la Virgen María que nutre nuestro corazón y nos permite superar los dolores y alcanzar la paz y la reconciliación con aquellos que estamos distanciados. Miremos a Virgen y pidamos por la paz», señaló el obispo, quien luego de la ceremonia bendijo a todos los presentes.