“Los colores están volviendo a volar” es el nombre que recibe la intervención que hizo Felipe Giménez de manera desinteresada. "Se busca que los molinos sean como una fuerte de energía llena de color. Y que traten de contagiar eso", explicó el artista.
Los coloridos molinos de viento que habían sido retirados del Paseo Dávila para su reacondicionamiento fueron instalados este martes por personal del Emsur.
El artista Felipe Giménez fue convocado para intervenirlos y el propio intendente Guillermo Montenegro agradeció la labor que realizó de manera totalmente desinteresada “para poner en valor una de las postales más lindas que tiene nuestra ciudad”. “La idea fue pintar esos molinos que tienen que seguir girando. Creo que en estos últimos dos años de pandemia, la ciudad –como todo el mundo- vivió una situación particular y delicada”, señaló el artista.
Giménez denominó su intervención “Los colores están volviendo a volar” y desde hoy vuelven a girar en su altura, allí entre Punta Iglesia y La Perla. En cuanto al nombre, refirió que “tiene que ver con esa cuestión simbólica de volver a retomar esa normalidad, esas ganas, todo ese empuje que deja el post pandemia. Se busca que los molinos sean como una fuerte de energía llena de color. Y que traten de contagiar eso”, concluyó el artista.
En las columnas se practicó un lavado abrasivo para luego aplicar una capa de epoxi y dos capas de poliuretano blanco. En relación a los molinos, se reemplazaron los retenes, rulemanes y tornillos, además de engrasar los rodamientos. Se llevó a cabo un granallado de la superficie, un metalizado por proyección y aplicación de capa epoxi (también) finalizando con la aplicación de dos capas de poliuretano blanco.